domingo, 21 de marzo de 2010

La Princesa Altiva

Los cuentos infantiles son grandes auxiliares en la tarea de educar a los niños. El relato de La Princesa Altiva permite reflexionar sobre acciones y valores que se van desarrollando en el texto.

Las características de la protagonista proporcionan a los niños la posibilidad de identificarse con ella, una hermosa princesa que tiene todo lo que pide y es consentida, como muchos niños en la actualidad. También pueden sentirse retratados por el entorno que debe soportar los desplantes de la joven, enfadándose con su actitud.

El príncipe cumple los anhelos de todos: la enfrenta poniendo coto a tan egoísta y desagradable conducta. Este momento de tensión en el relato se convierte en el punto reflexivo: la grandeza y el aprecio se logran desde el respeto hacia las personas.

Otro elemento de importancia es la idea de conciencia, representada por el duendecillo. Alrededor de los 6 años los niños van abandonando la etapa egocéntrica y comienzan a comprender el valor de las reglas, el concepto de bien y mal. Les inquieta saber si algo es correcto. Son muy normativos y en sus juegos están excesivamente preocupados por la organización de las pautas y su cumplimiento.
También, parte de esta etapa es una incipiente concepción de empatía. Esta capacidad de comprender y ponerse en el lugar del otro sin perder el propio, comienza a desarrollarse junto con la solidaridad.
El duendecillo de la conciencia permite imaginar las conversaciones consigo mismo para pensar cómo las consecuencias de nuestras acciones, muchas veces involuntarias, pueden herir a otros. Observación que favorece la autoconciencia y el autocontrol, base de la estima de sí y la preocupación por el prójimo.
Estas orientaciones permiten a los padres conocer el sentido intínseco de este cuento pero es conveniente que los hijos perciban el mensaje por sí solos, sin direccionarlos.

Edad sugerida: 6 a 8 años. Por su gusto por las hadas, princesas, príncipes y la búsqueda del bien y el mal, castigo a los malos o arrepentimientos.

Patricia M.Gascard
Psicóloga

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